jueves, 22 de noviembre de 2007

Supernova


Hoy he decidido renunciar a mi inmortalidad. Puede que por un tiempo siga habitando mis formas incorpóreas y terrenales. Puede que siga transformándome en arena cuando nadie mire, o en oleaje donde nadie me vea. Puede que siga rezumando versos o corales como palabras o como puñales por un periodo indefinido, pero desde hoy y por voluntad propia he decidido que ese lapso en cualquier caso, no se convierta en infinito.

Aún no tengo muy claro que hacer con los trozos de almas que navegan conmigo, en migo, o a mi lado. ¿Si renuncio a ser eterno también renuncio a la eternización del sentimiento...? ¿O acaso el dejar de ser de forma consentida le da el salvoconducto para que lo que construyas prosiga varias eternidades de forma consecutiva...?

De cualquier modo y en cualquier medida hoy he decidido que mi destino no es languidecer y ser una enana blanca que casi no alumbra y que agoniza sin ser capaz de prender. Prefiero ser supernova, crecer y crear, brillar y aportar, darme hasta quedarme sin nada dentro y después simplemente, y en silencio, desaparecer.

Hoy he decidido que no hay mayor recompensa que el saber, aquí y ahora, que de las semillitas que estoy depositando habrán de seguir creciendo sucesivas supernovas, distintas a mí, enormes y grandiosas, que explotarán y cultivarán todos los campos que hayan sido inventados, imaginados e incluso aquellos que han sido descubiertos...

Hoy he decidido ser feliz sintiéndome nota efímera de una sinfonía inquebrantable, de un imposible concierto...

Eso sí, el tiempo que dure mi actuación, no voy a perderlo. Utilizaré todos y cada unos de esos segundos para brillar, reír, bailar, nadar, amar y amarte, sentir, pensar, creer, cantar...

Y aún me sobrará un rato para convertirme en mar donde alguna vez te bañaste...




Neftalí

No hay comentarios: