viernes, 2 de noviembre de 2007

Autoretrato sin sombrero

Hoy como un tifón tropical me despierto
y amenazo con destruir todo a mi paso
mis pies no nacieron para estar atados
mis brazos surgieron para ser inquietos
portadores del vaivén del mar.
La falta de energía, el exceso
de rutina y flacidez alimentan mi fracaso,
corriendo el riesgo de acabar
disuelto en mi propio desencanto
si no salto ahora.
Yo puedo salvarme.
Yo no debo salvarme,
Pero sobre todo yo no quiero salvarme.

Quiero fundirme, exprimirme, reorientarme,
saltar y saltarme los miedos,
volar y volarme si hace falta la cabeza,
estrellar y estrellarme mil veces contra el suelo,
llorar, cantar, buscar, hacer magia,
encontrar, o diseñar, o imaginar, o construir
islas de nostalgia
donde creer y crear sin causar revuelo,
donde clavar semillas de las que germinen universos.

Aún me faltan algunas pinceladas,
aún me falta por ejemplo
el mar,
las caracolas, los mascarones, las mariposas o la brisa,
pero tranquilo, tranquilo,
pero sin prisa, sin prisa,
aprenderé a multiplicar con mis palabras
los peces, las tierras y las islas…

Neftalí

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